Los trazos directos y espontáneos acercan este luminoso medio al lenguaje del dibujo, de tal modo que, se puede llegar a elaborar tanto una obra puramente pictórica como dibujística. Su carácter seco y su gama monocroma les hacen muy indicadas para el dibujo y muy acertada para las valoraciones tonales. 

A pesar de la restricción cromática de las cretas, las posibilidades en representación de la figura son muy elevadas permitiendo la superposición de planos y la mezcla entre los diferentes tonos de sanguina, sepia y blanco. 

La elaboración de la figura con cretas parte de un esquema en el cual se observan las proporciones y la forma de la pose, para posteriormente comenzar a realizar una valoración de los diferentes grises, situando por último los brillos más intensos con la barrita de creta blanca. 

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